Difícilmente el Estadio Marcelo Bielsa, “El Coloso del Parque”, sea un ambiente propicio para regresar de una lesión. El clima caliente y efervescente de un "clásico" baja desde las tribunas rosarinas del club que vio nacer al astro Lionel Messi y que también supo abrazar a Diego Armando Maradona en su regreso al país, allá por 1993, para jugar la Copa Libertadores. Todo ese fervor hace que el desafío sea aún mayor, especialmente si se vuelve de un desgarro, con poco ritmo y falto de fútbol. Pero eso fue lo que le tocó al español Ander Herrera. ¿Fue una decisión precipitada? ¿Se lo arriesgó por las ansias de volver a ser una pieza clave en el equipo de Fernando Gago?

El partido, un suspiro

Solo necesitó cinco minutos en cancha para protagonizar una de las imágenes más impactantes del día. Ander Herrera abandonó el campo con signos evidentes de dolor y, al llegar al banco de suplentes, rompió en llanto. Ni siquiera intentó ganar tiempo o esperar asistencia médica; al sentir la molestia, decidió caminar solo hasta el banco.

La frustración fue inmediata. Apenas se sentó, se cubrió el rostro con la camiseta y no pudo contener las lágrimas, consciente de que su cuerpo le había fallado otra vez. Las cámaras de televisión capturaron el desolador momento mientras sus compañeros intentaban consolarlo. La escena no tardó en llegar a España, donde los medios reflejaron su calvario físico. “Tocado y hundido”, tituló el diario AS, mientras que Marca destacó su impotencia: “A los cinco minutos de ingresar, no esperó a que se produjera ningún cambio. Pese a pedirlo, salió del césped entre lágrimas y se quedó en el banquillo sin consuelo, temiendo lo peor”.

¿No hay dos sin tres?

Ander Herrera fue presentado el 24 de enero y su primera lesión llegó en el debut oficial de Boca Juniors en el Torneo Apertura, durante la primera fecha frente a Argentinos Juniors. El español fue titular en La Bombonera y, a los 65 minutos, sintió un dolor en el isquiotibial que lo dejó fuera de las canchas por más de un mes.

En su segunda oportunidad, la desgracia se anticipó aún más. Durante el calentamiento previo al partido contra Defensa y Justicia, volvió a sentir una sobrecarga en la misma zona y quedó marginado nuevamente.

El tercer episodio fue este pasado domingo frente a Newell’s. Herrera, que empezó en el banco de suplentes, ingresó con la misión de darle dinamismo al equipo, en medio de un Boca desorientado que corría detrás de la pelota. Sin embargo, solo jugó cinco minutos antes de retirarse entre lágrimas.

El Superclásico vs. River, en 27 días

El próximo 27 de abril se disputará el primer Superclásico del año en el Monumental, y Boca espera contar con el español lo antes posible. Su regreso sería clave no solo por su aporte futbolístico, sino también por la relevancia emocional que implica un clásico contra el eterno rival.

En un año donde cada partido es determinante, el Superclásico no es la excepción. Para Herrera, este encuentro también representa la oportunidad de cumplir su sueño de ser uno de los 22 protagonistas de la batalla más apasionante del fútbol sudamericano.