Durante más de una década, el paradero del icónico Ferrari 512 TR Testarossa que perteneció a Michael Jordan fue un enigma sin resolver. El lujoso vehículo, que formó parte de la leyenda del mejor jugador en la historia de la NBA, había desaparecido sin dejar rastro tras una subasta en 2010. Hoy, 15 años después, el coche ha sido encontrado, reavivando la fascinación por la figura del mítico número 23 de los Chicago Bulls.

Encuentran un Ferrari de Michael Jordan que desapareció hace 15 años

Todo comenzó en 1992, cuando Michael Jordan fue visto llegando a un partido de los Playoffs al volante de un flamante Ferrari 512 TR Testarossa. Con su matrícula personalizada y el inconfundible estilo que siempre lo caracterizó, el auto rápidamente se convirtió en parte del mito que rodea al seis veces campeón de la NBA. Incluso fue fotografiado con el vehículo en su célebre mansión de Highland Park, Illinois, el mismo año en que se lo entregaron, el 29 de febrero de 1992.

Tiempo después, el 13 de octubre de 1995, Jordan decidió vender el Ferrari a Chris Gardner, empresario cuya historia personal inspiró la película En busca de la felicidad, protagonizada por Will Smith. Gardner, orgulloso del coche, lo personalizó con una matrícula que decía “Not MJ”, dejando claro que ya no pertenecía al astro del baloncesto.

Pero en 2010, tras ser vendido por alrededor de 100.000 dólares en una subasta, el Ferrari desapareció por completo del mapa. No hubo más rastros, y tanto fanáticos como expertos en automóviles coleccionables se preguntaban constantemente dónde podría estar ese pedazo de historia del deporte estadounidense.

El misterio fue resuelto recientemente por Curated, una compañía especializada en vehículos exóticos, que logró contactar al último propietario. Según John Temerian, cofundador de la empresa, el coche había estado guardado bajo llave todo este tiempo, preservado meticulosamente. “Hay momentos en este negocio que realmente te erizan la piel. Encontrar este Ferrari fue como cerrar un capítulo de una historia que parecía incompleta”, afirmó Temerian.

Con su matrícula original, su historia intacta y el aura que solo un vehículo conducido por Michael Jordan puede tener, el Testarossa vuelve a ser noticia. Y es que no se trata solo de un coche: es una pieza de la leyenda de uno de los atletas más grandes de todos los tiempos.