El Super Bowl 2025 trajo consigo uno de los espectáculos de medio tiempo más esperados de los últimos años, protagonizado por el rapero ganador del Grammy Kendrick Lamar. En una presentación cargada de energía y simbolismo, Lamar hizo vibrar el Caesars Superdome de Nueva Orleans con su inconfundible estilo. Acompañado de bailarines vestidos con los colores de la bandera de Estados Unidos, el show comenzó con su icónica canción Squabble Up, seguida por una potente interpretación de HUMBLE, dejando claro que el evento sería una fiesta de hip-hop y talento.

Momentos sorpresivos e invitados especiales

Uno de los momentos más sorprendentes fue la aparición del actor Samuel L. Jackson, quien no solo abrió el espectáculo, sino que también apareció en varias ocasiones durante la presentación, añadiendo su toque único de narrador. La energía creció cuando Lamar, con su presencia imponente, continuó con temas como DNA, Peekaboo y Luther, este último acompañado por la talentosa cantante SZA. Juntos, interpretaron la exitosa All the Stars, un homenaje a la película Black Panther, que desató la ovación de los asistentes.

Sorpresa viral con Serena Williams

La sorpresa continuó con la aparición de Serena Williams, quien se unió brevemente al show, bailando al ritmo de Not Like Us, un momento que rápidamente se hizo viral en redes sociales. A lo largo de los 15 minutos del espectáculo, Lamar y sus invitados entregaron una muestra de su legado musical, haciendo de este medio tiempo una de las presentaciones más comentadas del año. Las canciones Money Trees, Alright y Backseat Freestyle fueron otros de los grandes éxitos que mantuvieron al público en constante euforia.

Un espectáculo visual y cultural

Además de la música, la producción visual fue un espectáculo por sí sola. El escenario iluminado y un coche en medio del campo agregaron una atmósfera única al show, mientras Lamar, con su atuendo casual de jeans, chamarra y gorra, llevó a la audiencia en un recorrido a través de sus mayores éxitos. Las luces y la energía del evento reflejaron la magnitud de un show que se siente más grande con cada presentación.

Al finalizar el espectáculo, Kendrick Lamar reafirmó su lugar como uno de los artistas más influyentes de su generación, cerrando con su aclamada Not Like Us. En un Super Bowl lleno de emociones, el show de medio tiempo no solo destacó la habilidad del rapero, sino que también mostró la poderosa unión de la música, el arte y la cultura popular, convirtiéndose en uno de los más memorables de la historia del evento.