Marta Vieira da Silva, conocida mundialmente como "a rainha", ha dejado una huella imborrable en el fútbol femenino. Con 38 años y una carrera repleta de éxitos, la icónica delantera brasileña podría haber jugado su último partido con la selección de Brasil, dejando atrás un legado que trasciende más allá de las canchas.

Nacida en Alagoas, Marta logró conquistar el mundo del fútbol desde sus humildes comienzos. A los 14 años, con esfuerzo y determinación, reunió el dinero necesario para trasladarse de su ciudad natal a Río de Janeiro, un paso que marcaría el inicio de su camino hacia la grandeza. 

Con una zurda exquisita y un talento inigualable, se convirtió en una figura emblemática, inspirando a millones de niñas en todo el mundo a perseguir sus sueños en un deporte que durante mucho tiempo estuvo dominado por hombres.

A lo largo de su carrera, Marta ha sido reconocida como la mejor del mundo en seis ocasiones, levantando el prestigioso Balón de Oro en 2006, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2018. 

Este impresionante récord la convierte en la jugadora más galardonada en la historia del fútbol. Además, ostenta el título de máxima goleadora en la historia de los Mundiales, tanto en la categoría femenina como masculina, con 17 goles, un logro que la coloca en un pedestal único.

Sin embargo, el destino ha sido cruel con Marta en lo que respecta a los títulos internacionales con su país. A pesar de su incansable esfuerzo y su papel fundamental en la selección, Brasil ha caído en tres finales olímpicas, dos de ellas contra Estados Unidos, y en la final del Mundial de 2007 ante Alemania. 

Su sueño de colgarse una medalla de oro o levantar la Copa del Mundo con la "verde e amarela" parece haberse esfumado. En los recientes Juegos Olímpicos de París, Marta, quien ya había anunciado que este sería su último año con la selección, vio disminuir su protagonismo en el equipo. Cumplió dos partidos de sanción y solo ingresó en la final contra Estados Unidos en el minuto 61, cuando Brasil ya perdía 1-0. A pesar de su innegable talento, no pudo cambiar el destino de su equipo.

Marta, quien siempre ha sido una embajadora del deporte y un símbolo de la lucha por la igualdad de género, se mostró tranquila al anunciar su despedida de la selección. "Estoy muy tranquila con esto, porque veo con mucho optimismo esta evolución que estamos teniendo con relación a las deportistas jóvenes", declaró en su emotivo adiós.

Aunque su retiro de la selección brasileña parece inminente, Marta deja un legado que continuará inspirando a futuras generaciones. Su impacto en el fútbol femenino y en la lucha por la igualdad de género es innegable, y su nombre quedará grabado para siempre en la historia del deporte.

Brasil siempre ha tenido a su Rey: Pelé. Pero también tiene a su Reina: Marta, una leyenda viva que ha conquistado el corazón de millones de fanáticos alrededor del mundo.